
Habla Educación surge como una opción educativa que pretende favorecer el desarrollo individual y social de sus alumnos poniendo en práctica varios principios que deberían ser fundamentales en educación:
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Practicar una enseñanza basada en las necesidades individuales.
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Utilizar el conocimiento científico disponible.
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Desarrollar formas de organización que permitan el acceso a este tipo de educación a todas aquellas familias que pudieran beneficiarse de ella.
Utilizamos el conocimiento que proporciona el Análisis del Comportamiento para evaluar las condiciones de las que depende el aprendizaje y diseñar estrategias de enseñanza precisas y eficaces.
¿Por qué desde el Análisis del Comportamiento?
El Análisis del Comportamiento es la ciencia natural que estudia la conducta de los organismos en relación a las condiciones que producen aprendizaje.
Conducta es todo aquello que hacemos para relacionarnos con nuestro medio compuesto por objetos, personas, situaciones y por nosotros mismos, a través de acciones evidentes como comer, correr o hablar, o no tan evidentes como pensar, atender o emocionarse. Aprendemos a comportarnos cuando nos exponemos a ciertas experiencias que implican responder de una manera concreta para provocar cambios en nuestro entorno. A su vez, los cambios del entorno que producimos influyen en nuestro comportamiento futuro.
Cuando los niños se incorporan a la escuela ya cuentan con un amplio conjunto de habilidades que han aprendido a lo largo de sus vidas. Muestran interés por la estimulación que proporcionan los objetos, atienden a la voz de otras personas y siguen instrucciones precisas sobre lo que deben hacer o decir. Son capaces de reproducir comportamientos que han observado en otras personas, se comunican para expresar sus necesidades, sus preferencias y sus sentimientos, son capaces de describir su entorno para informar a otros y, a su vez, atienden a las explicaciones de los demás para obtener información importante sobre las consecuencias de su comportamiento.
La mayoría de los niños aprenden estas habilidades básicas y comunicativas en etapas tempranas respondiendo a situaciones casuales que ocurren a lo largo del tiempo. Cuando demuestran estas habilidades antes de incorporarse a la escuela, los profesores, las familias y otras personas pueden utilizar procedimientos de enseñanza tradicional (p.ej. presentar material, tareas o lecciones magistrales) para enseñar contenidos académicos, culturales y sociales.
Aunque a veces no seamos capaces de describir con precisión qué experiencias han sido las responsables del aprendizaje, cuando el comportamiento cambia de manera progresiva dando lugar a formas cada vez más complejas de relación con el entorno, no parece necesario diseñar planes de enseñanza estructurados.
Sin embargo, algunos niños no se benefician de las experiencias que les proporciona su entorno para aprender nuevas habilidades que permitan su desarrollo social e individual. Muchas de estas dificultades podrían superarse con un conocimiento preciso sobre qué habilidades enseñar para producir cambios generalizados, cómo hacerlo y cómo evaluar los avances para enseñar destinando la menor cantidad de tiempo y recursos posibles.
El Análisis del Comportamiento ha generado en los últimos años una gran cantidad de técnicas de enseñanza y métodos para evaluar la calidad de los procedimientos. Estos avances nos proporcionan cada vez más información sobre cómo se produce el desarrollo humano, lo que nos permite diseñar formas de enseñanza cada vez mejores.
Integrar el conocimiento que proporciona el Análisis del Comportamiento en las prácticas educativas resulta especialmente importante para aquellos alumnos que necesitan enseñanza individualizada para aprender.
¿Por qué un modelo educativo?
Sabemos que el aprendizaje se produce de forma continua y progresiva. Pensamos que todos los niños están capacitados para aprender cuando se les enseña de la manera en que son capaces de aprender. Cuando los niños no aprenden formas de comportamiento que les permitan relacionarse con su entorno, entendemos que no se han proporcionado las oportunidades de enseñanza suficientes o que los procedimientos no son adecuados a sus características individuales.
Enseñar consiste en planificar las experiencias a las que el alumno se expondrá para aprender habilidades nuevas que repercutan de manera generalizada en su nivel de independencia.
La experiencia en investigación y en educación desde el Análisis del Comportamiento demuestra la importancia de enseñar capacidades clave que permiten al alumno relacionarse con el entorno de formas en las que antes no era capaz.
Desde esta perspectiva, los objetivos se definen de forma individualizada atendiendo a las habilidades que demuestra cada alumno, pero también a otras circunstancias sociales y personales importantes que influyen en el aprendizaje.
Se ofrecen las oportunidades necesarias para aprender en cada clase, utilizando procedimientos efectivos para enseñar de forma individual o en grupo. El progreso se evalúa de manera objetiva para avanzar en el proceso o modificar los procedimientos convenientemente. Una vez que el alumno aprende estas habilidades, se enseñan formas de comportamiento más complejas que integran las habilidades ya aprendidas.
De esta forma, la eficacia de la intervención depende de la habilidad del maestro a la hora de enseñar, pero también de su conocimiento sobre los procesos de aprendizaje y de los métodos que emplea para evaluar, explicar y modificar la forma de enseñar en función de las características individuales de cada alumno.
La función del analista del comportamiento que se dedica a la educación consiste en contribuir al desarrollo de las capacidades de sus alumnos proporcionando formas de enseñanza basadas en la ciencia, eligiendo qué y cómo enseñar de manera coherente con el conocimiento disponible sobre el aprendizaje.
Sobre “Habla Educación”
Aunque existen servicios clínicos y distintas modalidades de escolarización que pretenden atender a las circunstancias personales de cada alumno, muchas familias reconocen la necesidad de una enseñanza que integre los conocimientos científicos sobre desarrollo humano y educación que se han desarrollado en las últimas décadas.
En Habla Educación queremos contribuir al desarrollo, la independencia y la inclusión social de nuestros alumnos practicando una enseñanza que utilice el conocimiento que proporciona el Análisis del Comportamiento.
El resultado de nuestra intervención, al mismo tiempo, nos pone en disposición de contribuir al diseño de formas de organización más eficaces para la enseñanza en casa y en otros contextos naturales, donde se producen los primeros aprendizajes, y en contextos institucionalizados gracias a los profesionales de la educación que aplican procedimientos basados en la evidencia.
Es muy buena la información